La cruda realidad de tener una página web
Te soy sincero, cuando lancé mi primer proyecto online hace unos años, pensé que con solo tener la web lista ya estaba. Que Google, por arte de magia, la mostraría a todo el mundo. Qué ingenuo fui. La realidad me pegó rápido: días y semanas con cero visitas. ¡Silencio total! Quizás te suene, ¿verdad? Crear la web es solo el primer paso. El verdadero desafío, y la parte divertida (¡cuando le agarras el truco!), es la promoción de páginas web.
Es como abrir una tienda increíble en una calle peatonal vacía. Por muy bonita que sea por dentro, si nadie pasa por fuera, ¿quién te va a comprar? Tu página web necesita visibilidad, necesita que la gente sepa que existe y por qué vale la pena visitarla.
¿Cómo le di la vuelta a la situación (sin ser un experto)?
No te voy a mentir, al principio probé de todo un poco, sin método. Me frustré. Luego entendí algo clave: no tienes que ser un genio del marketing digital para empezar a promocionar tu página web. A veces, con hacer bien lo básico ya avanzas un montón.
Para ese blog de recetas que te comentaba, una de las cosas que me ayudó (y que era súper simple) fue optimizar los títulos y descripciones de cada post para que aparecieran mejor en las búsquedas. No hice un curso de SEO avanzado, solo busqué guías para principiantes y apliqué un par de trucos. También fui constante compartiendo los links en mi perfil de Instagram y Facebook, siempre con una pequeña historia detrás de la receta. No se hizo viral de la noche a la mañana, pero las visitas empezaron a subir, poquito a poquito.
Empieza con algo simple hoy mismo
Si tu web está solita en el vasto internet, no te agobies pensando en mil estrategias complicadas. Pregúntate: ¿dónde pasa el tiempo la gente que podría interesarle mi web? Si vendes artesanías, quizás sea Instagram o Pinterest. Si escribes sobre tecnología, Twitter (o X, como se llama ahora) y LinkedIn pueden ser buenos puntos de partida.
Empieza por ahí. Comparte tu web, habla de lo que ofreces, cuenta la historia detrás. Asegúrate de que tu web cargue rápido y se vea bien en móviles (esto ayuda un montón con Google). Y sé paciente, la promoción web es una maratón, no un sprint.
Mi consejo final: sé auténtico
La gente conecta con personas, no con logos fríos. Comparte tu pasión, tus errores, tus aprendizajes. Eso crea una conexión que ninguna campaña publicitaria pagada puede replicar al 100%. Prueba cosas, ve qué funciona para tu tipo de web y tu audiencia, y no te rindas.
Ahora cuéntame tú, ¿cuál es el mayor desafío que enfrentas al intentar promocionar tu página web? ¡Me encantaría leer tus experiencias!
